domingo, 13 de enero de 2013

     El microrrelato de esta semana viene de la mano de un ladrón con algo de guasa:

     Un bandolero refería en rueda de compinches: Yo soy un hombre honesto, de palabra. Cierta vez usé con una víctima la estúpida frase que nos atribuyen los literatos: ¿La bolsa o la vida? La vida (me contestó el mocito), valiente como el que más. Y tuve que quitársela. Luego, para respetar mi palabra, y ya que lo había dejado escoger entre la bolsa y la vida, dejé al pie de su cadáver una cartera repleta de billetes: su bolsa. Desde entonces, cuando trabajo interrogo así al candidato a interfecto: ¿La bolsa o la bolsa y la vida? Para dejar las cosas claras.

                                                       (Autor. José María Méndez)

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