El microrrelato de esta semana viene de la mano de un ladrón con algo de guasa:
Un
bandolero refería en rueda de compinches: Yo soy un hombre honesto, de palabra.
Cierta vez usé con una víctima la estúpida frase que nos atribuyen los
literatos: ¿La bolsa o la vida? La vida (me contestó el mocito), valiente como
el que más. Y tuve que quitársela. Luego, para respetar mi palabra, y ya que lo
había dejado escoger entre la bolsa y la vida, dejé al pie de su cadáver una
cartera repleta de billetes: su bolsa. Desde entonces, cuando trabajo interrogo
así al candidato a interfecto: ¿La bolsa o la bolsa y la vida? Para dejar las
cosas claras.
(Autor. José María Méndez)
No hay comentarios:
Publicar un comentario