sábado, 13 de febrero de 2016

   Quiero publicar hoy agunos de los hermosos poemas creados en el Taller de Poesía de 3º B. En ellos se aprecia el resultado de haber trabajado con el ritmo poético, en este caso conseguido a través de estructuras sintácticas repetitivas:

Aunque te vayas sin más,
siempre te llevaré, pero no en mi corazón
Aunque sea el pulmón del amor,
siempre me quedará ese aliento.
Aunque cubierto por lágrimas,
siempre me consolaré pudiendo sentirte.
Aunque no te oiga ni te toque,
siempre te llevaré en la mirada.

(Carmen García)


Si no fuera por la luna,
no sé qué sería el sol.
Si no fuera por ti,
no sé qué sería yo.
Si no fuera por mi esclavitud,
no sé qué sería tu libertad.
Si no fuera por tu compañía,
no sé qué sería mi soledad.
Si no fuera por mi desgracia,
no sé qué sería tu suerte.
Si no fuera por tu vida,
no sé qué sería mi muerte.

(José Javier Morales)


Aunque el sol se esconda,
siempre habrá luz.
Aunque nosotros desaparezcamos,
siempre se recordará la historia.
Aunque todo lo que conocemos desaparezca,
siempre seremos nosotros.
Aunque ya no haya caminos que recorrer,
siempre seguiremos caminando.

(Pilar Corpas)


Aunque no haya constelaciones,
siempre yo intentaré formarlas.
Aunque las estrellas huyan,
siempre trataré de atraparlas.
Aunque las farolas no dejen verlas,
siempre yo podré apagarlas.
Aunque las estrellas se apaguen,
siempre las encenderé para ti.

(Irene Márquez)



Quiero encontrar
el habitante entusiasmado de los países olvidados,
la lágrima caída del ojo transparente
la sonrisa pintada por el destello del sol,
el vendaval escandaloso del paraíso escondido,
la oscuridad iluminada por la ilusión esperanzada,
el vaivén marino del océano atrapado,
el principio imaginario del arco iris inventado,
la música eterna de la caja misteriosa,
la nube espantada por el sol rugiente,
el brillo despuntante de las páginas del libro polvoriento,
la mirada ilusionada del campesino harapiento,
la ola rota por el óxido marino,
la pluma caída del ave emigrante,
el pirata generoso de la isla perdida.

(Irene Márquez)


Aunque la madrugada se apague,
siempre quedará algo ahí que nos recuerda.
Aunque el sol ya no brille,
siempre quedará nuestro destello.
Aunque el alba ya no vuelva,
siempre quedará nuestra brisa.
Aunque ya nada es lo que es,
siempre quedará en nuestro recuerdo.
 
(Nerea Marín)

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