Quiero publicar hoy agunos de los hermosos poemas creados en el Taller de Poesía de 3º B. En ellos se aprecia el resultado de haber trabajado con el ritmo poético, en este caso conseguido a través de estructuras sintácticas repetitivas:
Aunque
te vayas sin más,
siempre
te llevaré, pero no en mi corazón
Aunque
sea el pulmón del amor,
siempre
me quedará ese aliento.
Aunque
cubierto por lágrimas,
siempre
me consolaré pudiendo sentirte.
Aunque
no te oiga ni te toque,
siempre
te llevaré en la mirada.
(Carmen García)
Si no fuera por la luna,
no sé qué sería el sol.
Si no fuera por ti,
no sé qué sería yo.
Si no fuera por mi esclavitud,
no sé qué sería tu libertad.
Si no fuera por tu compañía,
no sé qué sería mi soledad.
Si no fuera por mi desgracia,
no sé qué sería tu suerte.
Si no fuera por tu vida,
no sé qué sería mi muerte.
(José Javier Morales)
Aunque
el sol se esconda,
siempre
habrá luz.
Aunque
nosotros desaparezcamos,
siempre
se recordará la historia.
Aunque
todo lo que conocemos desaparezca,
siempre
seremos nosotros.
Aunque
ya no haya caminos que recorrer,
siempre
seguiremos caminando.
(Pilar
Corpas)
Aunque no haya constelaciones,
siempre yo intentaré formarlas.
Aunque las estrellas huyan,
siempre trataré de atraparlas.
Aunque las farolas no dejen verlas,
siempre yo podré apagarlas.
Aunque las estrellas se apaguen,
siempre las encenderé para ti.
(Irene Márquez)
Quiero encontrar
el habitante entusiasmado de los países
olvidados,
la lágrima caída del ojo transparente
la sonrisa pintada por el destello del
sol,
el vendaval escandaloso del paraíso
escondido,
la oscuridad iluminada por la ilusión
esperanzada,
el vaivén marino del océano atrapado,
el principio imaginario del arco iris
inventado,
la música eterna de la caja misteriosa,
la nube espantada por el sol rugiente,
el brillo despuntante de las páginas
del libro polvoriento,
la mirada ilusionada del campesino
harapiento,
la ola rota por el óxido marino,
la pluma caída del ave emigrante,
el pirata generoso de la isla perdida.
(Irene Márquez)
Aunque la madrugada se apague,
siempre quedará algo ahí que nos recuerda.
Aunque el sol ya no brille,
siempre quedará nuestro destello.
Aunque el alba ya no vuelva,
siempre quedará nuestra brisa.
Aunque ya nada es lo que es,
siempre quedará en nuestro recuerdo.
(Nerea Marín)
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