El microrrelato de esta semana hace también homenaje al Día del Libro, al Quijote y a la fantasía:
El efecto Quijote
Parecía buena idea: un
chip intracerebral, un puerto USB y cualquiera podía enchufarse un
libro electrónico e inyectarse en segundos el manual de la lavadora,
el periódico, la Biblia o la Iliada. Pero hubo un fallo: saturaron
el filtro de la fantasía, el mecanismo por el cual nuestra mente
diferencia lo real de lo ficticio. Ahora las calles están llenas de
Julietas suicidas, D'artagnanes retadores, Ulises cegando Polifemos;
y hétenos aquí, tú y yo, mi buen Sancho, solos para detener tanta
barbarie.
(Miguel A.Román)
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