domingo, 17 de noviembre de 2013

   Aunque no tan reconocido como lo es por su prosa, Unamuno fue un gran poeta. El poema de esta semana le quiere rendir homenaje en unos días en los que hablamos mucho de él en clase:

Veníase la noche, la campiña 
se puso pina, negra y recortada; 
tras el filo del próximo horizonte 
-bambalina- moría la distancia; 
con la luz que le da cuerpo de tomo 
en la luz moribunda se espejaba 
vacío inmenso y la tristeza enorme 
que cielo, tierra y alma rezumaban. 
Quebrando solo la cuchilla un árbol 
parecía sondar en la hondanada 
del más allá donde la luz moría, 
y era un árbol en cruz que escudriñaba 
misteriosos allendes de otro mundo 
y como árbol al fin se los guardaba... 
y todo en aquella hora de agonía 
era un sueño a la sombra de la nada.

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