Poeta árabe
Los hombres que cantaban
el jazmín y la luna
me legaron su pena,
su amor, su ardor, su fuego.
La pasión que consume
los labios con un astro,
la esclavitud a la
hermosura más frágil,
y esa melancolía
de codiciar eterno
el goce cuya esencia
es durar un instante.
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