Había una vez
un hombre muy triste que fue a ver al médico para que le curase de su melancolía.
El médico lo reconoció a fondo y le dijo:
- No he podido
encontrarle nada mal, pero voy a darle un consejo. Hay un circo en la ciudad; vaya esta misma noche. Verá un payaso que es tan divertido que no podrá parar
de reírse en una semana.
- Doctor -dijo
el paciente triste-, ese payaso soy yo.
(Autor: Emery Kelen)
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