Perplejidad
La cierva
pasta con sus crías. El león se arroja sobre la cierva, que logra huir. El
cazador sorprende al león y a la sierva en su carrera y prepara el fusil.
Piensa: si mato al león tendré un buen trofeo, pero si mato a la cierva tendré
trofeo y podré comerme su exquisita pata a la cazadora.
De golpe, algo
ha sobrecogido a la cierva. Piensa: si el león no me alcanza ¿volverá y se
comerá a mis hijos? Precisamente el león está pensando: ¿para qué me canso con
la madre cuando, sin ningún esfuerzo, podría comerme a las crías?
Cierva, león y
cazador se han detenido simultáneamente. Desconcertados, se miran. No saben
que, por una coincidencia sumamente improbable, participan de un instante de
perplejidad universal. Peces suspendidos a media agua, aves quietas colgadas en
el cielo, todo ser animado que habita sobre la Tierra duda sin atinar a hacer
un movimiento.
Es el único,
brevísimo hueco que se ha producido en la historia del mundo. Con el disparo
del cazador se reanuda la vida.
(Autor: Raúl Brasca)
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