domingo, 17 de febrero de 2013

     Hay cosas en la vida que parecen ser verdad y que no lo son. Este microrrelato nos lo recuerda:

                                             Espejismos

     El extenuado y sediento viajero vio que le hermosa mujer del oasis avanzaba hacia él cargando un ánfora en la que el agua danzaba al ritmo de las caderas.
   — ¡Por Alá —gritó —, dime que esto no es un espejismo!
   — No —respondió la mujer, sonriendo —. El espejismo eres tú.
   Y en un parpadeo de la mujer, el hombre desapareció.

                                                     (Autor: José de la Colina)

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