De dolor en el pecho que tanto duele,
ya no sé si de frío
o de calor que tanto queme
de lágrimas tardías que no salieron
y por más, aún no florecen
de silencios, que nacen del interior buscando
su temple,
mas yaces en los labios implorando que ceses
de baladas congeladas por el tiempo
y de versos que por escribir mueren.
(Iratxe García)
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