domingo, 30 de noviembre de 2014

   Felicito desde esta página a mi alumna de 2º B de Bachillerato, Aurora Rayas, que ha conseguido el mejor microrrelato del mes de noviembre de los alumnos de bachillerato dentro del concurso que convoca el Departamento de Lengua de nuestro instituto. 
   Pienso que el mejor reconocimiento es darlo a conocer; por ello lo elijo como texto de la semana en mi blog. ¡Felicidades!:


      Me acerqué con cautela a la ventana. Al fondo, se divisaba un enorme jardín que me recordó a la azotea de la casa de mi abuela. De tantas flores que tenía, mi abuela tardaba en regarlas más de una hora, pero a ella no le importaba, nunca se dejaba ni una sin regar. Aunque lloviera, ella siempre subía por si alguna no se había mojado suficiente. Mi abuela decía que ese era su ratito de tranquilidad porque así se olvidaba de las penas, los problemas, los quehaceres..., se olvidaba del resto del mundo, se olvidaba de todo. Por eso regaba las flores.
       Aquel día, después de muchos años viéndola subir para regar sus flores, me di cuenta: allí estaba ella, sentada en un escalón de aquella azotea repleta de flores…, flores casi marchitas.
       - Abuela, ¿cuánto tiempo hace que no riegas las flores?
       Y ella me miró, como si de una extraña se tratara.
       - ¿Qué flores?

sábado, 29 de noviembre de 2014

   Para mis alumnos de 1º de Bachillerato dejo en esta entrada un vídeo sobre la prosa medieval que os puede completar los contenidos tratados en clase:

sábado, 22 de noviembre de 2014

   Poema de la semana con espejo retrovisor:

Retrospectiva existente

Me registro los bolsillos desiertos
para saber dónde fueron aquellos sueños.
Invado las estancias vacías
para recoger mis palabras tan lejanamente idas.
Saqueo aparadores antiguos,
viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas,
estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato,
pero nadie me dice quién fui yo.

Aquellas canciones que tanto amaba
no me explican dónde fueron mis minutos,
y aunque torturo los espejos
con peinados de quince años,
con miradas podridas de cinco años
o quizá de muerto,
nadie, nadie me dice dónde estuvo mi voz
ni de qué sirvió mi fuerte sombra mía
esculpida en presurosos desayunos,
en jolgorios de aulas y pelotas de trapo,
mientras los otoños sedimentaban
de pálidas sangres
las bodegas del Ebro.

¿En qué escondidos armarios
guardan los subterráneos ángeles
nuestros restos de nieve nocturna atormentada?
¿Por qué vertientes terribles se despeñan
los corazones de los viejos relojes parados?
¿Dónde encontraremos todo aquello
que éramos en las tardes de los sábados,
cuando el violento secreto de la Vida
era tan sólo
una dulce campana enamorada?
Pues yo registro los bolsillos desiertos
y no encuentro ni un solo minuto mío,
ni una sola mirada en los espejos
que me diga quién fui yo.

                                                                   (Miguel Labordeta)

jueves, 20 de noviembre de 2014

lunes, 17 de noviembre de 2014

   Para los alumnos de Proyecto Lingüístico (Comentario de Textos): una presentación interesante sobre la cuestión de la estructura textual:

domingo, 16 de noviembre de 2014

   Otra microrrealidad:

Luna de miel

      Llevaban dos horas de camino y no habían dejado de discutir desde que se subieron al coche, así que, en cierto sentido, a los dos les vino bien el pinchazo: una tregua, un tiempo muerto, la excusa perfecta para no tener que compartir el mismo espacio.

      El hombre bajó a cambiar la rueda entre maldiciones; la mujer se quedó en el interior del vehículo, fumando en silencio y observando, por el espejo retrovisor, la figura acuclillada de su marido que no acertaba a poner bien el gato hidráulico.

      Entonces vio emerger, de entre los árboles, lo que parecía ser un oso pardo. Por suerte reaccionó deprisa y, después de subir las ventanillas, bajó el seguro de las puertas.

                                                                 (Raúl del Valle)

sábado, 15 de noviembre de 2014

   Hace tiempo que no traía uno de esos aforismos que nos hacen reflexionar. Ahí va uno:

     Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas.”

                                                                          (Bertrand Russell)
  

jueves, 13 de noviembre de 2014

   Os sigo animando a participar en el concurso de microrrelatos. Aquí os dejo un decálogo de recomendaciones para esrcibirlos:

Decálogo para escribir microcuentos


  • Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.
  • Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.
  • Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.
  • Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.
  • El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.
  • Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.
  • Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.
  • Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.
  • Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.
  • Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.

domingo, 9 de noviembre de 2014

   Leamos poesía. Disfrutemos con este poema de uno de los grandes:

Llama el océano

No voy al mar en este ancho verano
cubierto de calor, no voy más lejos
de los muros, las puertas y las grietas
que circundan las vidas y mi vida.

En qué distancia, frente a cuál ventana,
en qué estación de trenes
dejé olvidado el mar y allí quedamos,
yo dando las espaldas a lo que amo
mientras allá seguía la batalla
de blanco y verde y piedra y centelleo.

Así fue, así parece que así fue:
cambian las vidas, y el que va muriendo
no sabe que esa parte de la vida,
esa nota mayor, esa abundancia
de cólera y fulgor quedaron lejos,
te fueron ciegamente cercenadas.

No, yo me niego al mar desconocido,
muerto, rodeado de ciudades tristes,
mar cuyas olas no saben matar,
ni cargarse de sal y de sonido:
Yo quiero el mío mar, la artillería
del océano golpeando las orillas,
aquel derrumbe insigne de turquesas,
la espuma donde muere el poderío.

No salgo al mar este verano: estoy
encerrado, enterrado, y a lo largo
del túnel que me lleva prisionero
oigo remotamente un trueno verde,
un cataclismo de botellas rotas,
un susurro de sal y de agonía.

Es el libertador. Es el océano,
lejos, allá, en mi patria, que me espera.

(Pablo Neruda)

jueves, 6 de noviembre de 2014

   Complemento para mis alumnos de Proyecto Integrado: una interesante presentación sobre el resumen de los textos para selectividad:

lunes, 3 de noviembre de 2014

    Coincidiendo con el fin de semana más terrorífico del año, os propongo la lectura de este brevísimo microrrelato. ¡Que no os pase nada!:

     "Mientras lo arropaba me dijo: "Papi, fijate si no hay monstruos debajo de la cama". Para su diversión, lo hice y lo vi: otro como él bajo la cama me miró temblando y susurró: "Papi, hay alguien en mi cama"."

sábado, 1 de noviembre de 2014

   Como estamos con la etapa modernista, os deja una buena presentación sobre los asuntos claves de esta literatura: