Silencio
Silencio.
El viento acaba de irse
dejándonos un patio con aljibe.
Ven a los zaguanes oscuros. Aún podremos jugar
mucho rato en su hondonada feliz,
sin que la calle nos azote.
La ternura anda desparramada por la casa
y se está bien, con el sol, debajo de la higuera.
Caen jazmines sobre los hombros distraídos
de ese día de luz
en que estarán jugando, tantos años,
tu niñez y la mía.
(Florinda Salinas
Alonso)
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