Nuevo microrrelato para microdivetirse:
Los mejores clientes
–Si algo me gusta de mis clientes– dijo el encargado de la funeraria, cosiendo los labios del cadáver– es que nunca se quejan.
–¿Y si alguna vez lo hicieran? –preguntó el ayudante con voz temblorosa.
–¿Acaso estás loco? ¿Cómo van a quejarse? –respondió, ofendido, el encargado– ¿No ves que coso sus labios?
El
cadáver asintió con un leve movimiento de cabeza.
(Autor: Santiago Eximeno)
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