lunes, 1 de octubre de 2012

El microrrelato de esta semana tiene asunto escolar:

   Los minutos se hacen interminables. Casi oigo respirar los segundos. La clase no acaba y me aburro soberanamente. Miro por la ventana y veo el almendro en flor y entre sus hojas adivino a los que han terminado sus clases y se van a casa; les envidio. Y dale con lo mismo una y otra vez. No sé si podré soportar esta monserga sin salir disparado a la puerta, abrirla y desaparecer por los pasillos brincando de placer. Tengo el libro subrayado hasta el colapso y con tantas anotaciones que parece reescrito. Pero no puedo irme ni queriendo: esto caerá en el examen. Seguro. Tan seguro como que yo soy el profesor y será la primera pregunta.

                                                (Autor: Francisco M. Aguado Blanco)

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